dilluns, 24 de gener del 2011

Supongo que si a cierta edad te centras en una cosa y no en otra que tiene fecha de caducidad, es que esta segunda la estás empezando a borrar definitivamente del mapa.

Por ejemplo: servidora tiene casi cuarenta y desde el año pasado, en vez de plantearme lo que las mujeres se plantean a los casi cuarenta si no lo han hecho ya (tener hijos) estoy cada vez más centrada en hacer cosas no personas. No me lo tomo como una claudicación; lo sería si en algún momento me lo hubiera planteado como objetivo, supongo, pero no lo es tanto si piensan que más que algo que yo me haya planteado es algo que la sociedad esperaba de mí, como mujer, digo. Pero es que lo del "como mujer" es un argumento que nunca ha tenido peso suficiente para mí, llámenlo inconsciencia de la propia condición o llámenlo postfeminismo, como quieran. Ahora, no les resultará tan feminista la cosa si les cuento que no entiendo el proyecto hijo como iniciativa individual (y hablo ahora en primerísima y exclusivísima persona; todos mis respetos para quien sí lo puede entender así) sino compartida y, seamos sinceros, ni las circunstancias ni algunas personas me han acompañado.

Y todo eso ando pensando ahora que voy de pluriempleada, corriendo de aquí para allá.
Ya volveremos a hablar del tema de aquí a un tiempo cuando haya cambiado de opinión o sea definitivamente tarde para todo esto.