dijous, 16 de febrer del 2012

Ahora parece que resulta que la literatura va por aquí, que la gracia está en saltarse todos los desarrollos posibles y ofrecer el resultado final o, lo que es lo mismo, en presentar el resultado final de la misma manera y con la misma estructura con la que van sucediéndose las ideas en la cabeza. Eso dicen que es 'lo transgresor' hoy día; lo transgresor entendido como antesala de lo convencional, que es en lo que suele acabar convirtiéndose habitualmente todo lo transgresor.

Por partes:

-No creo que haya nada de transgresor en presentar por escrito cosas, que serán más o menos variadas según lo que se haya leído (y estoy hablando de cantidad; ni siquiera tiene que haber sido asimilado aquello leído). ¿Por qué? Porque cabeza tenemos todos y cosas en la cabeza, pues también.

-Me parece una solemne majadería justificar esta forma de 'literatura' con la manera en que recibimos imputs últimamente (que si zappings, que si saturación de información, que si programas de minipiezas...). ¿La literatura ahora tiene que se espejo de estos imputs? Pues apaga y vamonos. ¿Dónde queda toda la capacidad de sugestión, de interpretación, de teorización de la realidad que suele ofrecer la buena Literatura? (o que, perdón, solía ofrecer, que esto tiene pinta, recuerden, de antesala del no sugerir nada, del simplemente cegar a base flashes).

Mi conclusión es que, entretenido o no, trepidante o no, esto no es literatura tal y como la conocíamos; esto no ofrece el marco para, libro en mano, leer y entender mejor qué pasa. Ofrece otras cosas: ofrece datos para estudios sociológicos sobre lo enferma de las prisas que anda la sociedad; ofrece números para que tal o cual escritor sea encaramado a lo alto del ranking del coolismo -más puntos cuanta más cosas y nombres que no conocemos diga, siempre que las relacione con un protagonista que enganche por el puntito justo de repulsión que genera, y con símbolos, lugares o acontecimientos cuanto más populares mejor-; ofrece, en fin, no pensar. O pensar que lo que se piensa ya está bien tal cual se ha pensado y no generar nada nuevo a partir eso.

No estoy en contra del bombardeo de información: una lista de Perec no deja de ser una enumeración de cosas, pero miren todo lo que llega a sugerir. Esto no sugiere nada, se ha perdido el fondo, es como creerse que se ha hecho un Tàpies porque se ha sabido dibujar una cruz después de haber visto muchas cruces de Tàpies.

¿Hay que reclamarle a la literatura tradicional que le haga frente a esto? No. Esto es otra cosa y pensar que la literatura tradicional le tiene que plantar cara es asumir que juegan las dos en la misma liga.

¿Hay que ir en contra de esto? Pues tampoco. Hay sitio para todos. Zapping salvaje y Filmoteca, Via Llibre y L'hora del lector, Primavera Sound y Auditori.

No es la misma liga. No es la misma cosa.