dimecres, 3 d’abril del 2013


Fofó, Torrebruno, Xuxa y Leticia Sabater entendieron mejor de qué va la tele que Rajoy y su gente. Si los primeros utilizaban el medio para salirse de él, para ponernos a todos los críos a gritar tigres y a gritar leones olvidándonos de si éramos de unos o éramos de otros (no sé en sus casas, pero en la mía todos lo gritábamos todo, que era lo mismo que pasar de rivalidades para gritar incondicionalmente y de corazón "viva Torrebruno"), la panda del presidente ha entendido la caja tonta para encerrarse dentro; la ha entendido como campana de vidrio, olvidándose que ésta, más que para protegerte, está ahí para exponerte; que vale que no entrará polvo, pero no olvidemos que lo de dentro suele estar ensartado en un alfiler.

Rajoy, por no querer exponerse, se expone demasiado; sólo falta que le pongan debajo un cartelito en cursiva que diga "presidente del reino" en latín y que nos cansemos todos de mirarlo fijamente, esperando a que un día, pronto, deje de mover las patitas; es lo que tiene el disecado, que no hace falta hacer nada más: ni abrir ni rellenar ni volver a cerrar; que ya se lo hacen todo ellos: se consumen por dentro y se quedan en el cascarón, para los anales de la historia.

Está tan desfasado Rajoy que, mientras pensaba en la manera de utilizarlo a su favor, no se ha dado cuenta de que ni siquiera había entendido el medio; como quien usa el garaje de desván y el coche que tiene dentro como armario de los trastos, y no se da cuenta de que, si ha acabado haciendo esto, no es por la cosa práctica sino porque, en realidad, no tiene ni idea de conducir.

Los de El Diario han sido los primeros en cansarse de mirarlo; todos deberían seguir su camino para que, ya que faltan agallas para romper la campana, al menos la naturaleza siga su curso putrefactor, como hizo con Franco, como hizo con la polilla que un tiempo después encontramos enterita y sequita entre las toallas del cajón; que solución digna, digna, todos sabemos que no lo es, pero es que esa parece ser también la cutrísima naturaleza de éste nuestro disecador país.